REFLEXION DOMINICAL / SUNDAY REFLECTION

Cruzar nuestros desiertos

Nuestra cultura

En la mente y el corazón de muchos inmigrantes, el desierto está asociado al sufrimiento y la angustia de tratar de cruzar la frontera.

Reflexiones para la homilía

El desierto se puede interpretar de muchas formas. A veces, la vida puede parecernos un desierto por su aridez, dureza y falta de la felicidad que buscamos. Para quienes han cruzado el desierto en busca de una vida mejor, el lugar puede haber tenido mucho de oportunidad: de encuentro con sí mismos y con las razones más profundas de la existencia, y también de tentación de regresar y abandonar los sueños.

Quienes salen de su patria tienen una especie de misión que cumplir y, como el desafío es tan enorme y las dificultades tan graves, se puede querer regresar. Los israelitas quisieron volver a Egipto, a pesar de todas las penurias vividas allí. No es difícil imaginar que Jesús también quisiera regresar al relativo confort de su casa en Nazaret; pero Jesús sabía que tenía una misión que cumplir: la voluntad del Padre de traer la Buena Nueva de la salvación al mundo. Jesús resistió el hambre, la sed y la tentación de demostrar su poder fácilmente, y permaneció en oración en el desierto.

En el contexto de nuestra propia vida, el desierto puede estar incluso dentro de nosotros, si sabemos hacer silencio para escuchar a Dios en momentos en que desearíamos estar en otro lugar. En la oración encontraremos motivaciones para nuestros actos y la fuerza de Dios para resistir hacer lo que podría ser más fácil y cómodo, pero no para el bien y la salvación propia, de nuestra familia y de la comunidad. Entramos en un desierto con Jesús, para unirnos con él a su obra de salvación. Él nos dará el agua que necesitamos y Dios mismo nos enviará los ángeles que nos sostengan en nuestro a menudo difícil camino por la vida.

Para la reflexión

¿Qué decisiones para mi propio bien y el de los demás he tomado? ¿Qué tentaciones me desvían de hacer lo debido? ¿Me apoyo en Dios para hacer lo que Él me ha llamado a hacer y seguirle?


Crossing Our Deserts

Our Culture

In the mind and hearts of many immigrants, the desert is associated with the suffering and the anguish of trying to cross the border.

Homily Reflection

Desert can be interpreted in many ways. Life can sometimes seem like a desert to us by its aridness, harshness, and the lack of happiness we seek for. For those who have crossed the desert searching for a better life, the place may have had plenty of opportunity: of finding themselves and with the deepest reasons for existence; but also with the temptation to return and abandon all our dreams.

Those who leave their homeland have a kind of mission to fulfill and, because the challenge is so great and the difficulties so serious, one may want to return. The Israelites wanted to return to Egypt, despite all the hardships they had endured there. It is not difficult to imagine that Jesus would also want to return to the relative comfort of his home in Nazareth; but Jesus knew that he had a mission to fulfill: the will of the Father to bring the Good News of salvation to the world. Jesus endured hunger, thirst, and the temptation to easily demonstrate his power, and remained in prayer in the desert.

In the context of our own lives, the desert can even be within us, if we know how to remain silent to listen to God during those moments when we wished we were somewhere else. In prayer, we will find motivations for our actions and the strength of God to resist doing what otherwise would seem easier and comfortable but is not for our own good and salvation, and that of our family and community. We enter into a desert with Jesus, so that with Him, we can join his work of salvation. He will give us the water we need and God himself will send the angels to sustain us in our often difficult journey through life.

For Reflection

What decisions for my own good and the good of others have I made? What temptations divert me from doing the right thing? Do I lean on God to do what He has called me to do, and follow him?

 

 

 

REFLEXION DOMINICAL / SUNDAY REFLECTION

Nuestra cultura

A veces se piensa que las desventuras son un castigo o la voluntad misteriosa de Dios. La verdad es que la enfermedad es parte de la condición humana. El plan de Dios es la salud de todos y la participación en la vida de la comunidad por medio del servicio.

Reflexiones para la homilía

A veces decimos que la vida es una lucha; que hay que trabajar duro para salir adelante. Otras veces decimos que la vida es un camino. Nada es seguro, todo cambia y nosotros vamos también progresando internamente. Lamentamos con frecuencia lo rápido que pasa el tiempo y lo corta que es la vida. Otros dicen, ante las desgracias, “no somos nada”. Es como estar desarmado ante la dificultad e impotente para hacer algo. Se parece un poco a la actitud de Job. Hay iglesias que ofrecen una salida a esto y aseguran que pueden ayudarle a dejar de sufrir. A primera vista, la cosa parece fácil; pero sabemos que no es así́ de sencillo. Ser humano significa lidiar con el dolor, el sufrimiento y la muerte, así́ como con la alegría y el placer. La fe en Cristo no es un escape del dolor; más bien nos lleva a enfrentar la cruz del discípulo. Entonces, ¿qué se puede hacer? ¿No sería mejor morir o no haber vivido nunca? Frente a esa aparente desesperanza, se nos presenta otro modelo, el de Pablo, que quiere hacerse débil con los débiles y alegrarse con quienes se alegran, con el fin de llevarlos todos a Cristo. Cristo es la salud, aunque quizá́ no sea la del cuerpo. Jesús es la posibilidad de que la vida tenga sentido y de que no sea simplemente un tiempo sin objetivos, sin metas. No decimos que el sufrimiento se aleje, sino que se llena de sentido al verlo como oportunidad de servir a otros, de sembrar el bien, de dar testimonio. A veces a las personas les ocurren cosas lamentables y se preguntan si ése es el plan de Dios para ellas. No lo entienden hasta que descubren que su fe y valentı́a al enfrentar la realidad que les ha traı́do la vida ayudan a otros a tener esperanza. Jesús nos ofrece, como a Pablo y a la suegra de Pedro, la oportunidad de levantarnos y servir. Ahı́ está la verdadera vida, el sentido de todo. La vida parece corta y difı́cil; pero, cuando uno sale de sı́ para servir a otros en esperanza y alegrı́a, todo se llena de sentido. Cuando uno se aferra a la verdadera salvación en Jesús, todo se llena de frutos de vida. Jesús es la salud del cuerpo y del alma; pero la sanación de Dios no viene solamente con pedirla o como algo mágico. La salvación es aferrarse fuertemente a lo que de verdad no pasa, a la vida verdadera que no es corta. Esa

es la vida en la que de verdad ya no hay lágrimas ni sufrimiento:

la vida de Dios.

Para la reflexión

¿Cómo me enfrento a las dificultades en mi vida? ¿Me quejo, protesto y me desespero o trato de buscar el sentido de la vida para mı́ mismo y para los demás?


Our Culture

Sometimes we think that misfortunes are a punishment or the mysterious will of God. The truth is that sickness is part of the human condition. God’s plan is for everyone to be healthy and able to participate in the life of the community through their service.

Homily Reflection

We sometimes say that life is a struggle; that we have to work hard to get ahead. Other times we say that life is a journey. Nothing is for sure, everything changes and we are also progressing internally. Frequently, we regret how fast times passes and how short life really is. Some, facing misfortunes, say, “we are nobody.” It is as if one is disarmed in front of difficulty and feels powerless to do anything. It seems a little like the attitude of Job. There are churches that offer a way out of this and claim that they can help you stop suffering. At first glance, it seems to be an easy thing; but we know it is not that simple. To be human means to deal with pain, suffering, and death, as well as with joy and pleasure. Faith in Christ is not necessarily an escape from pain; rather it brings us to deal with the cross of the disciple. Then, what can be done? Wouldn’t it be better to die or never have lived? With this apparent hopelessness, we are presented another model, the one from Paul, who wants to become weak with those who are weak and rejoice with those who are happy, in order to bring them all to Christ. Christ is health, although perhaps not of the body. Jesus is the possibility that life has meaning and that it is not just a time without objectives, without goals. We do not say that suffering goes away, but that it is filled with meaning when seen as an opportunity to serve others, to sow good, to bear witness. Sometimes, deplorable things happen to people and they wonder this is God’s plan for them. They do not understand it until they discover that their faith and courage to face the reality that life has brought help others to have hope.Jesus offers us, as Paul and Peter’s mother-in-law, the opportunity to be lifted and serve. Herein is true life, the meaning of everything. Life seems short and difficult; but, when you come out of yourself to serve others in hope and joy, everything is filled with meaning. When one clings on to the true salvation in Jesus, everything is filled with the fruits of life. Jesus is the health of the body and soul; but God’s healing comes not only by asking for it or by magic. Salvation is to cling strongly to what really doesn’t pass, to the true life that is not short. That is the life in which there are truly no longer any tears or suffering: the life of God.

CULTURA CATOLICA

Santa Josefina (Giuseppina) Bakhita
Esclava, religiosa, santa, de origen sudanés. Fiesta: 8 de febrero “Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”. De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela. Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: “Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos”. También cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos. Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: ‘Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco’. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma. Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: ‘Si gritas, morirás! Síguenos!'”. Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría. Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: “Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal”. El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882.Era el quinto amo. Ella escribe: “Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad”. Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación. Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: “Madonna! Madonna!” Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como “Nostra Madre Moretta”. Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia. Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000. La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús. Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón. Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: “Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”. El Papa la llamó “Nuestra Hermana Universal”.

BENEFITS OF A CATHOLIC SCHOOL EDUCATION / BENEFICIOS DE UNA EDUCACIÓN CATÓLICA

BENEFITS OF A CATHOLIC SCHOOL EDUCATION

Jesus Christ is the foundation for our community. His call to teach is our inspiration; His image the model for our students. In partnership with parents, we prepare our students to become full and active members of the Catholic Church, to serve others, and to make a difference in the world. Our school is committed to provide a quality education so that a Catholic Education is an Advantage for Life.

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testing, and payment options: (323) 560-3376


BENEFICIOS DE UNAEDUCACIÓN CATÓLICA

Jesucristo es la base de nuestra comunidad. Su llamado a enseñar es nuestra inspiración; su imagen es el modelo para nuestros estudiantes. Junto con los padres, preparamos a los estudiantes para ser miembros activos de la Iglesia Católica, para servir a otros, y a hacer la diferencia en el mundo. Nuestra escuela se compromete a proveer una educación de calidad para que la Educación Católica sea un Ventaja para la Vida.

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exámenes, y opciones de pago: (323) 560-3376

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Reclutamiento: Domingo 11 de Febrero, 2018