5 Claves para Entender por qué El Yoga es Incompatible con el Cristianismo / Why is Yoga Incompatible with Catholicism?

  1. El yoga es una disciplina espiritual hindú y no solo posturas o ejercicios físicos.

La palabra yoga deriva de la raíz sánscrita “yuj” que significa “unión”. El objetivo del yoga es unir el yo transitorio (temporal) o “jiva”, con el (yo eterno) infinito o “Braham”. el concepto hindú de Dios.

Este dios no es una dios personal, sino que es una sustancia impersonal espiritual que es “uno con la naturaleza y el cosmos”. Brahman es una sustancia impersonal y divina que “impregna, envuelve y subyace en todo”.

El yoga no es únicamente un conjunto de posturas y ejercicios físicos, sino que es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al “samadhi”, es decir, a aquel estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia.

2. Es panteísta y por lo tanto incompatible con el cristianismo

El panteísmo es quella visíon según al cual el dios y el mundo son uno solo. En el hinduismo existe una realidad única y todo lo demás es una ilusión (o Maya), es decir, el universo es entendido como una energía eterna, divina y espiritual, donde todos los entes que existen – incluyendo los humanos – son sus extensiones.

El yoga es la vía que lleva al practicante (varón=yoga, mujer=yogini) conesta energía cósmetica. Por otro lado, en el cristianismo, a través de la revelación contenida en la Tradición y las Sagrada Escrituras se conoce la verdadera naturaleza del hombre como creación única de Dios hecho a su imagen y semejanza; y que ni el hombre ni el universo creados son divinos.

En el hinduismo, el bien y el mal son ilusorios (Maya), y por lo tanto, inexistentes. Mientras que en el cristianismo, el pecado significa una transegresión de la ley de Dios y le rechazo de nuestro verdadero bien; además, es inseparable para nuestra fe porque es la razón por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús son para los cristianos medios de salvación, es decir, para liberarnos del pecado y de dud condecuencias.

3. No se puede separar la espiritualidad hiduista de la práctica del yoga.

Es un error creer que practicando yoga solo se conseguirán beneficios corporales sin ser afectado por su fundamento espiritual.

Esto se debe a que el yoga no trata esencialmente de la relajación o la flexibilidad, sino de utilizar los medios físicos para un fin espiritual.

Como explica el apologeta Michael Gleghorn, hay especialistas en yoga como Georg Feuerstein y Jeanine Miller, que al hablar sobre las posturas de esta práctica (asana) y de los ejercicios de respiración (pranayama), las señalan como algo más que solo otra forma de ejercicio: son “ejercicios psicosomáticos”, es decir, que el proceso de origen psíquico también tiene influencia en el cuerpo.

El reconocido investigador sobre yoga, Dave Fetcho, también señala que la filosofía oriental es interpendiente con la práctica del yoga: “El yoga físico, según su definición clásica, es  intrínseca y funcionalmente incapaz de ser separado de la metafísica de las religiones orientales. El practicante occidental que intente hacer esto lo está haciendo desde la ignorancia y en peligro, tanto desde el punto de vista del yogui como desde el punto de vista cristiano. (Yoga; 725:2)

4. La Iglesia Católica sí se ha pronunciado sobre el tema.

En la “Carta a los obispos de la iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana” de 1989, la Congregación para la Doctrina de la Fe, si bien no condena expresamente el yoga, señala en el numeral 12 que se debe tene prudencia con la práctica de “métodos orientales”, inspirados en el hinduismo y el budismo:

“Propuestas u otras análogas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser contunamente cribadas con un cuidadoso discernimineto de contenidos y de método, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo”.

En el numeral 14 se explica que la sola noción de que los seres humanos se unan “con una conciencia cósmica divina” contrdice las enseñanzas de la Iglesia:

“Para aproximarse a ese misterio de la unión con Dios, que los Padres griegos llamaban divinización del hombre, y para comprender con precisión las modalidades en que realiza, es preciso ante todo tener presente que el hombre es ensencialmente criatura y como tal permanece para siempre, de tal forma que nunca será posible una absorción del yo humano en el Yo divino, ni siquiera en los más altos estados de gracia”.

En el 2003, el Consejo Pontificio de la Iglesia Católica para el Diálogo Interreligioso publicó un documento titulado “Jesucristo: Portador del Agua de la Vida”, donde se ubica al yoga como una de las muchas prácticas de la New Age (Nueva Era), y que es “dificil de reconciliar con la doctrina y la espiritualidad cristianas”.

En el numeral 3 explica por qué el del yoga no ayuda a la meditación y oración cristiana.

“Para los cristianos, la vida espiritual consiste en una relación con Dios que se va haciendo cada vez más profunda con la ayud de la gracia, en un proceso que ilumina también la relación con nuestros hermanos. La espiritualidad, para la Nueva Era, significa experimentar estados de conciencia dominados por un sentido de armonía y fusíon con el Todo. Así, ‘mística’ no se refiere a un encuentro con el Dios trascendente en la plenitud del amor, sino a la experiencia provocada por un volverse sobre sí mismo, un sentimiento exultante de estar en comunión con el universo, de dejar que la propia individualidad se hunda en el gran océano del Ser”.

5. El origen del yoga se remonta a los “vedes” y existe más de un tipo

Si bien sus orígenes se remontan a 5 mil años atrás y durante mucho tiempo sus pricipios fueron transmitidos oralmente, el yoga fue puesto por escrito e hizo su aparición en los 4 antiguos textos hindúes conocidos como los Vedas (después en los Upanishads).

Tiempo depués, el pensador hindú Patañjali compiló y codificó todo el conocimiento del yoga en el Yoga Sutra, el texto de más autoridad sobre esta materia y reconocido por todas sus escuelas.

Patañjali explicó en sus escritos las 8 vías que las prácticas del yoga desde la ignorancia a la “iluminación” o unión con Braham. Estas son: la autocontrol (yama), práctica religiosa (niyama), posturas (asana), ejercicios de repiración (pranayama), control de los sentidos (pratyahara), concentración o control mental (dharana), contemplación profunda (dhyana), iluminación (samadhi).

Es intersante observar que las postura y los ejercicios de repiración que frecuentemente son considerados en Occidente como todo el Yoga, son los pasos 3 y 4 que buscan la unión con el llamado Braham.

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Why is Yoga Incompatible with Catholicism?

Yoga is incompatible with Catholicism because the best known practice of Hindu Spirituality is Yoga. Inner Hinduism professes pantheism, which denies that there is only one infinite being who created the world with out of nothing.

Father John A. Hardon, S.J.

Yoga is incompatible with Catholicism because the best known practice of Hindu spiritually is Yoga. Inner Hinduism professes pantheism, which denies that there is only one infinite Being who  created the world out of nothing. This pantheistic Hinduism says to the multitude of the uncultured believers who follow the ways of the gods that they will receive the reward of gods. They will have brief tastes of heaven between successive rebirths on earth. But they will never be delivered from the wheel of existence with its illusory lives and deaths until they realize that only God exist and all else is illusion (Maya). To achieve this liberation the principal way is by means of concentration and self control (yoga).

Indian spirituality is perhaps best known by the practice of yoga, delivered from the root yuj to unite or yoke, which in context means union with the Absolute. Numerous stages are distinguished in the upward progress toward the supreme end of identification: by means of knowledge with the deity; the postures; control of internal and observance of ethical rules; bodily postures; control of internal and external senses; concentration of memory and meditation finally terminating in total absorption (samadhi), when the seer stand in his own nature.

Although the psychic element is far more important in yoga than the body, the latter is more characteristic of this method of Hindu liberation. Its purpose is to secure the best disposition of body for the purpose of meditation. The practice begins with a simple device for deep and slow breathing.

Stopping the right nostril with the thumb, through the left nostril fill in air, according to capacity. Then without any interval, throw the air out through the right nostril, eject through the left, according to capacity. Practicing this three or five times at four hours of the day, before dawn, during midday, in the evening, and at midnight, in fifteen days or a month purity of the nerves is attained.

After such preliminary exercise, more complicated practices are undertaken, but now without the guidance of a professional yogin, called guru. The meditative phase begins with fixing the mind on one object, which may be anything whatsoever, the sphere of the navel, the lotus of the heart, the light of the brain, the tip of the nose, the tip of the tongue, and such like parts of the body or also God, who on Hindu terms is the only real being who exists.

Gradually by sheer concentration of attention: the mind reaches a state of trance, where all mental activity stops and the consciousness rests in itself. The state of samadhi is the culmination of yoga and beyond it lies release. The life of the soul is not destroyed but is reduced to its unconscious and permanent essence.

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