ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS 2015 / WORLD MEETING OF FAMILIES 2015

En preparación para el Encuentro Mundial de Familias, estaremos publicando varios artículos en las próximas semanas para que juntos podamos vivir según el tema de este año: “El amor es Nuestra Misión: La Familia Plenamente Viva”

MADRE, MAESTRA, FAMILIA: LA NATURALEZA Y ROL DE LA IGLESIA

Desde la apertura de los primeros párrafos, esta catequesis explica como fuimos creados para la comunión con Dios y los unos para con los otros. La Iglesia tiene una forma institucional porque esta comunión debe ser visible y palpable, y active en el mundo. Los miembros, como venas terrenales de la Iglesia, son necesarias para proclamar una realidad espiritual: la Iglesia es la esposa de Cristo Jesús, y “ella” no es “algo” sino “alguien.” En las palabras del Papa San Juan XIII, la Iglesia es nuestra madre y maestra, nuestra ayuda y guía, y nuestra familia en la fe. Todos los bautizados son hijos e hijas de la Iglesia, dándole a los cristianos la más auténtica y fundamental identidad. Como miembros de la Iglesia, somos miembros de “un solo cuerpo” que no es definido por alguna calificación humana, como edad, nacionalidad, o inteligencia, o por algún logro humano, como eficiencia, organización o virtud moral. Aun cuando sus propios miembros o lideres pecan, nosotros necesitamos de la sabiduría de la Iglesia, sus sacramentos, su apoyo y proclamación de la verdad. Así como nuestra condición pecadora nunca borra nuestra humanidad creada a la imagen de Dios, cuando los católicos pecan, eso no borra la santidad de la Iglesia. La esencia de la Iglesia depende en Jesús, una fundación que nos hace responsables, pero que a la vez es mas segura que cualquier logro o fracaso humano. Dios nunca nos abandona. A pesar de sus muchas fallas, la Iglesia nunca olvida su responsabilidad de predicar y vivir el evangelio. “El Amor es Nuestra Misión,” y la Iglesia es la familia que enseña y manifiesta este amor.


To prepare for the World Meeting of Families, in the following weeks we will be publishing articles so together we can live according to this year’s theme: “Love is our Mission: The Family Fully Alive”

MOTHER, TEACHER, FAMILY: THE NATURE AND ROLE OF THE CHURCH

From its opening paragraphs, this catechism has explained how we were created for communion with God and one another. The Church has institutional forms because this communion must be visible and tangible, and active in the world. The Church’s earthen vessels are necessary for proclaiming a spiritual reality: the Church is the Bride of Christ, a “she,” not an “it.” In the words of Saint John XXIII, the Church is our mother and teacher, our comforter and guide, our family of faith. All the baptized are the Church’s sons and daughters, giving Christians our most fundamental and authentic identity. As members of the Church, we are members of the “one body” that is not defined by any human qualification, such as age, nationality, or intelligence, or by any human achievement, such as efficiency, organization, or moral virtue. Even when her people and leaders sin, we still need the Church’s wisdom, sacraments, support, and proclamation of the truth. Just as our own sinfulness never erases our creation in God’s image, when Catholics sin, that does not erase the Church’s holiness. The Church’s essence depends on Jesus, a foundation which holds us accountable, but which is also deeper and more secure than any human achievement or failure. God never abandons us. Despite her many failures, the Church cannot shirk the responsibility to preach and live the Gospel. “Love is our mission,” and the Church is the family that teaches and embodies this love.

 

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