¿CUÁNDO TE VIMOS FORASTERO Y TE ACOGIMOS?
MATEO 25:38
Durante los últimos días, muchos hermanos obispos han hablado
en defensa del pueblo de Dios. Estamos agradecidos por su
testimonio. Ahora, invitamos a todos los fieles católicos a sumarse
a nosotros a unir nuestras voces con todos los que hablan
en defensa de la dignidad humana.
EnNostra Aetate, el Concilio Vaticano II nos instó a trabajar sinceramente
por un entendimiento mutuo en el que todos
“procuren y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales,
la paz y la libertad para todos los hombres”.
El Señor Jesús huyó de la tiranía de Herodes, fue falsamente
acusado y luego abandonado por sus amigos. No tenía dónde
reclinar su cabeza (Lc 9:58). Acoger al extranjero y a los que
están huyendo no es una opción entre muchas en la vida cristiana.
Es la forma misma del cristianismo en sí. Nuestras acciones
deben hacer que la gente recuerde a Jesús. Las acciones de
nuestro gobierno deben hacer que la gente recuerde la humanidad
básica. Cuando nuestros hermanos y hermanas sufran rechazo
y abandono, nosotros elevaremos nuestra voz en su favor.
Los acogeremos y los recibiremos. Ellos son Jesús, y la Iglesia
no se apartará de Él.
Nuestro deseo no es entrar en el terreno político, sino anunciar
a Cristo vivo en el mundo de hoy. En el momento mismo en que
una familia abandona su hogar bajo amenaza de muerte, Jesús
está presente. Y Él nos dice a cada uno de nosotros: “todo lo
que hicieron por uno de estos mis hermanos más pequeños, lo
hicieron por mí” (Mt 25:40).
“WHEN DID WE SEE YOU A STRANGER AND WELCOME YOU?”
MATTHEW 25:38
Over the past several days, many brother bishops have spoken
out in defense of God’s people. We are grateful for their
witness. Now, we call upon all the Catholic faithful to join us
as we unite our voices with all who speak in defense of human
dignity.
The Second Vatican Council in Nostra Aetate urged us to
sincerely work toward a mutual understanding that would
“promote together for the benefit of all mankind social justice
and moral welfare, as well as peace and freedom.”
The Lord Jesus fled the tyranny of Herod, was falsely accused
and then deserted by his friends. He had nowhere to
lay His head (Lk. 9:58). Welcoming the stranger and those in
flight is not one option among many in the Christian life. It is
the very form of Christianity itself. Our actions must remind
people of Jesus. The actions of our government must remind
people of basic humanity. Where our brothers and sisters
suffer rejection and abandonment we will lift our voice
on their behalf. We will welcome them and receive them.
They are Jesus and the Church will not turn away from Him.
Our desire is not to enter the political arena, but rather to
proclaim Christ alive in the world today. In the very moment
a family abandons their home under threat of death, Jesus is
present. And He says to each of us, “whatever you did for
one of these least brothers of mine, you did for me” (MT
25:40).
Archdiocese of Los Angeles
United States Conference of Catholic Bishops
Preparing Your Family for Immigration Enforcement
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